Ilustración propia del Proyecto Promoción de Derechos Sexuales y Reproductivos/Realizada por: Melissa Arciniegas en Canva.
La sexualidad es inherente a nuestra existencia; es un aspecto natural y saludable que vivimos etapa tras etapa. Dentro de ésta hay un mundo entero de conceptos para aprender y entender que no sólo se basa en el comportamiento sexual. Entre las nociones básicas están: género, los cuerpos (y su funcionamiento), valores, actitudes, crecimientos, sentimientos de la vida, el amor y nuestro entorno.
¿El sexo y la sexualidad no son lo mismo?
Empecemos por partes: sexo y sexualidad son dos conceptos diferentes que a pesar de su relación, no significan lo mismo. Por un lado está el primero, que se considera una condición orgánica que diferencia a los machos, las hembras y los/las intersex (personas cuyos marcadores sexuales combinan características de hembras y de machos), por sus marcadores endocrinos, cromosómicos, y gonadales, es decir, ovarios y vagina para las mujeres y testículos y pene para los hombres. También comprende la acción de cierto comportamiento sexual que significa tocarse así mismo/a o entre dos personas (o más) con la intención de estimular los sentimientos sexuales y el placer.
La sexualidad nos define según la manera como nos expresamos, nos vestimos, la forma en la que hablamos y nos dirigimos a los/as demás, nuestra intimidad, la orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual), identidad de género (forma en la que cada persona vive en relación con su sexo y los elementos de género que acoge), valores, creencias y actitudes; cambios corporales como las etapas de la pubertad, el embarazo o la menopausia; la autodeterminación reproductiva, etc.
Nuestra sexualidad se va trasformando a través de los años. Es muy importante desde pequeños y pequeñas entender la sexualidad como algo natural y no un sinónimo de vergüenza, como pasa en muchos casos, producto de estigmas y tabús que la sociedad nos impone. “Los padres pueden utilizar muchos temas diferentes para iniciar conversaciones sobre la sexualidad – las relaciones, la comunicación, el respeto, la imagen corporal, la intimidad y el comportamiento sexual – como una manera de compartir los valores y la información basado en los hechos que permita a los jóvenes a hacerse cargo de sus vidas, tener relaciones amorosas y tomar decisiones más saludables, más seguros, y mejor informados en relación con la sexualidad” (Planned Parenthood League of Massachusetts - Education and Training).
¿Qué o quién nos cohíbe de expresar nuestra sexualidad libremente?
La represión sexual es otro término que se refiere al estado psicofísico que reduce a una persona al momento de expresarse y desarrollar plenamente su sexualidad, haciéndola sentir culpable y avergonzada. Esto depende de los sistemas culturales, morales, políticos, religiosos y sociales en los que esté inmersa la persona. Existen varios estudios frente a este tema, como el de Sigmund Freud, que además de haber sido el primero en utilizar ampliamente este término, aseguró que era una de las raíces de muchos problemas de la sociedad occidental y que actúa como un control para llevar una vida civilizada en sociedad. Michel Foucault también le dedicó tiempo a esta temática, escribiendo tres volúmenes de “Historia de la sexualidad”, en las que narra la evolución histórica de la represión sexual, rechazando el control total sobre los cuerpos vivos mediante el bio-poder.
Esta represión se ha visto alimentada por mitos y falsas creencias que se han creado alrededor de la sexualidad, por ejemplo:
· El tamaño del pene es importante para el placer de la pareja.
· En la primera relación sexual, todas las mujeres sangran.
· Masturbarse es malo.
· La responsabilidad de prevenir un embarazo es de la mujer.
· El uso de condón produce hongos.
· Con el uso del condón no se siente lo mismo.
· El hombre tiene más deseo sexual que la mujer.
· Tener relaciones sexuales todos los días es señal de enfermedad.
Esta ignorancia y miedo colectivo es producto de la falta de educación sexual desde temprana edad y acceso a la información en salud sexual y reproductiva. Son muchas las razones para educar en sexualidad desde la infancia, empezando por erradicar los tabús frente a los cuerpos desnudos, los órganos sexuales de los niños y niñas. Los padres/madres siempre buscan censurar todo lo que consideren como “inapropiado” y aparte de eso, enfatizan los roles de género, criando niñas con estereotipos de mujer perfecta y niños “machitos” que juegan con armas y carros.
Blanca Torres Cazallas, psicóloga, sexóloga y antropóloga (con master en sexología y terapia de pareja, psicología de la salud y terapia infantil) propone respetar la curiosidad de los niños y en lugar de censurarles la información, deberíamos prepararnos para responder a sus dudas. También nos pone a pensar sobre los aspectos por los que nos escandalizamos.
Como primer motivo, la educación sexual es un derecho según la Organización Mundial de la Salud (OMS): “La educación afectivo-sexual es un derecho de niños, niñas y adolescentes junto a otros derechos sexuales, como libertad sexual, privacidad, equidad, convivencia en igualdad y sin discriminaciones. Todo niño tiene derecho a respuestas sinceras y a la educación. Todo niño tiene derecho a una educación sexual de calidad”. Viéndolo de este modo, los padres/madres y educadores de los niños y niñas, estarían vulnerándoles un derecho esencial que los acompañará hasta el resto de sus vidas, al negarles una educación sexual a temprana edad.
Otro punto que se puede volver la principal razón para la represión sexual y negación de una educación de calidad, es la supuesta “incitación” que se puede generar al tocar temas de sexualidad con un grupo de niños y niñas. Muchas personas conservadoras, especialmente adultas, creen que la educación sexual va a acelerar algún proceso natural lo cual es totalmente falso; para ello, esta se adaptará según la edad de los niños y niñas. Tampoco habrá una ruptura en la infancia, por el contrario, será una medida de protección para evitar futuros no deseados, además de fortalecer los vínculos de confianza con los padres y madres de cada infante.
Comments