Ilustración propia del Proyecto Promoción de Derechos Sexuales y Reproductivos/Realizada por: Melissa Arciniegas en Canva.
La violencia obstétrica es la vulneración y apropiación del cuerpo de las mujeres por parte del personal de salud, ocasionando pérdida de autonomía sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de estas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “todas las mujeres tienen derecho a recibir el más alto nivel de cuidados en salud durante el embarazo y el parto, lo que incluye el derecho a una atención digna, respetuosa, competente y comprensiva”.
Algunos derechos que poseen las madres gestantes, en el sistema de salud de Colombia, según el Ministerio de Salud y Protección Social son:
•Ser tratada con respeto, de manera individual y protegiendo su derecho a la intimidad y confidencialidad.
•Recibir asistencia psicosocial cuando así lo requiera.
•Recibir atención integral, adecuada, oportuna y eficiente, de conformidad con sus costumbres, valores y creencias.
•Ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
•Recibir información después del embarazo sobre los diferentes métodos anticonceptivos que estén acordes a su condición clínica.
•Recibir, según el caso y de acuerdo con las posibilidades de existencia del recurso, analgesia o anestesia obstétrica adecuadamente aplicada por un médico especialista anestesiólogo.
Estos derechos se vulneran cuando las embarazadas son víctimas de prácticas, comportamientos y actitudes que ocurren en el ambiente hospitalario y que afectan su salud física, psicológica y emocional.
Algunas de las modalidades de violencia obstétrica que se pueden presentar son:
Violación de la privacidad.
Desarrollo de controles rápidos, poco humanizados.
Omisión por parte del personal de salud del consentimiento informado.
Oposición al ingreso de un acompañante al trabajo de parto.
Maltrato verbal y/o psicológico ante las manifestaciones de dolor de la madre durante el trabajo de parto.
Reproches, críticas y comentarios inapropiados.
Partos inducidos y cesáreas innecesarias.
Desatención y abandono.
Esta violencia también se ejerce en mujeres que no están embarazadas, es decir, en toda actuación proferida en contra de ellas, en un marco de atención médica ginecológica u obstetra, que vulnere la capacidad de decidir libremente sobre su cuerpo, sexualidad y futura reproducción, como por ejemplo: tactos no justificados, esterilización no consentida, impedimento a estar acompañada, etc.
¿Cómo denunciar?
Como señala el Ministerio de Salud, la mujer que haya sufrido de violencia obstétrica, puede interponer sus peticiones, quejas y reclamos ante la institución prestadora de salud la cual está obligada a recoger y resolver sus inconformidades tal y como lo contempla el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad en Salud (SOGCS).
También se pueden acercar a las secretarías locales y departamentales de salud o a la Superintendencia Nacional de Salud.
Fuente de información: Portal ICBF.
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